domingo, 27 de abril de 2008

Castoriadis AUTOGESTION Y JERARQUIA (I)

...aquí van fragmentos de un texto de 1974 de don Cornelio...


AUTOGESTION Y JERARQUIA (I)

Cornelius Castoriadis

Vivimos en una sociedad cuya organización es jerárquica: en el trabajo, la producción, la empresa o en la Administración, la política, el Estado o incluso en la educación y la investigación científica. La jerarquía no es una invención de la sociedad moderna. Sus orígenes se remontan muy atrás, aunque no haya existido siempre y haya habido sociedades no jerárquicas que han funcionado muy bien. Pero en la sociedad moderna el sistema jerárquico (o lo que viene a ser lo mismo: burocrá­tico) se ha hecho prácticamente universal. Toda actividad colectiva se organiza según el principio jerárquico y cada vez más la jerarquía del mando y del poder coincide con la jerar­quía de los salarios y los ingresos. Tanto es así que la gente no consigue ya imaginarse que podría ser distinto y que ellos mis­mos podrían ser distinguidos de otro modo que por el lugar que ocupan en la pirámide jerárquica.

Los defensores del sistema actual tratan de justificarlo como el único «lógico», «racional», «económico». Ya hemos intentado mostrar que tales «argumentos» no valen nada y na­da justifican, que resultan falsos tomándolos por separado y contradictorios cuando se los considera en conjunto. Ten­dremos ocasión de volver sobre esto más adelante. Y también se presenta al sistema actual como el único posible, supuesta­mente impuesto por las necesidades de la producción moder­na, por la complejidad de la vida social, la gran escala de todas las actividades, etc. Trataremos de mostrar que no es así y que la existencia de una jerarquía es radicalmente incompa­tible con la autogestión.

AUTOGESTIÓN Y JERARQUÍA DEL MANDO

Decisión colectiva y problema de la representación

¿Qué significa socialmente el sistema jerárquico? Significa que un estrato de la población dirige la sociedad y que los demás sólo se encargan de ejecutar sus decisiones; significa también que este estrato, al recibir los ingresos más importantes, se beneficia de la producción y del trabajo en mayor medida que los estratos restantes. En definitiva, significa que la sociedad se halla dividida entre un estrato que dispone de poder y privile­gios y los demás, que carecen de ellos. La jerarquización -o burocratización- de todas las actividades sociales no es hoy día sino la forma, cada vez más preponderante, de la división de la sociedad. Como tal, es simultáneamente resultado y causa del conflicto que desgarra la sociedad.

Si esto es así, resulta ridículo preguntarse: ¿es compatible la autogestión, el funcionamiento y la existencia de un sistema social autogestionado con el mantenimiento de la jerarquía? Es tanto como preguntarse si la supresión del actual sistema penitenciario es compatible con el mantenimiento de los vigi­lantes de prisión, de sus jefes y de los directores de prisiones. Pero como se sabe, lo que es obvio, es aún mejor si se explícita. Más aún cuando, desde hace milenios, desde la más tier­na infancia se introduce en la mente de la gente la idea de que es «natural» que unos manden y otros obedezcan, que unos posean demasiado de lo superfluo y otros no alcancen sufi­ciente de lo necesario.

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